24 nov 2009

Tarantino se lo pasa pipa

Tarantino se lo pasa pipa, le han chupado tantas veces la p… que es el único que puede montar una superproducción en Hollywood y hacer lo que le sale de la mismísima.

El tío mezcla un puñado de géneros cinematográficos, un poco de delirio narrativo y le añade unas cuantas referencias cultas para que los sabiondos del cine se entretengan un rato largo en escribir sus críticas y ponerle a caldo. Bien, esa es parte de la fiesta, sin mirarles a la cara reírse de ellos mucho más allá de las dos horas y media que dura el film. Y el resto es cine, cine no sé si del bueno pero seguro que sí del divertido. Solo los veinte minutos nada más comenzar la película ya se hacen merecedores de pagar una entrada en el cine, veinte excepcionales minutos partiendo de los títulos de crédito que logran alcanzar la mayor tensión dramática en ese escaso periodo utilizando prácticamente como único instrumento los diálogos. Me da igual la falta de ritmo, la verborrea incontenible de algunos personajes, la insoportable cara de cateto de Brad Pitt, la falta de magnetismo de los propios bastardos, la ridícula interpretación Daniel Brühl, la grandilocuencia tarantiniana de algunas escenas… Me quedo con lo dicho, y con uno de los mejores villanos de la historia, el coronel Hans Landa, con la música sacada de contexto, con la mejor forma de morir de una hipnótica Mélanie Laurent, con el virtuoso e interminable suspense en la escena de la taberna (por cierto, yo he jugado a ese juego y es divertido), y sobre todo con la osadía de Tarantino, que no pretende engañar a nadie solo aprovecharse del cine para hacer un chiste digno de un genio.

Tenía puestas ciertas expectativas en ella, y no puedo decir que me haya decepcionado. Inglourious Basterds es una deliciosa película de entretenimiento, audazmente narrada y lejos del facilón y lacrimógeno virus que infecta la idea de la Segunda Guerra Mundial en el intelectual biempensante, que necesita regodearse en los horrores cometidos por los nazis para verlos luego morir con su sentido hipócrita de la justicia intacto. Tarantino mata nazis porque son los malos, como eran los indios en los westerns, y ya está, todo el mundo lo sabe, ¿para qué ir otra vez más allá?, ¿para qué asegurarse primero de lo hijos de puta que son?, matar nazis es divertido. ¡Acabemos con ellos!

17 nov 2009

Monstruos del Folk


El final del 2009 está a la vuelta de la esquina y yo estoy esperando a perderlo un poco de vista para soltar mi Top Ten. Una de las mejores cosas con las que te recibe el nuevo año es la posibilidad de realizar juicios arbitrarios sobre que ha sido lo mejor del uno al diez y que ha sido lo peor del once al infinito…

Del uno al diez sin duda alguna estará Monsters of Folk, la superbanda norteamericana del momento con permiso de The Raconteurs, formada por Jim James de My Morning Jacket, Conor Oberst y Mogis de Bright Eyes y el respetado cantautor y a veces plasta M. Ward.

Monstruos, y monstruos del folk eran sin duda el Crosby, el Still, el Nash, y el Young, que fue otra de las superbandas del pasado surgida en base a colaborar juntos los unos en los conciertos de los otros. Lo mismito que estos “chavales” que después de cinco años se han decidido a rentabilizar el buen rollito existente entre ellos y a concretarlo en un muy buen proyecto musical. El disco homónimo es un álbum desigual, a ratos brillante a ratos nada más que cowboy con guitarra y cerveza en la mano... Destacan los temas de country rock: Say Please, The Right Place; las que pareciera sacadas directamente de un disco de Townes Van Zandt: Man Named Truth y Goodway; el paréntesis indie alternativo: Dear God; y en las que se te van las manos y los pies: Baby Boomer y mi preferida: Whole Lotta Losin’.



Como superbanda no le auguro un gran futuro, bien porque los fans son más de mantener fidelidad a los grupos de origen, bien porque una vez en ruta al decimo concierto el ego de cada uno siempre aspira a tirar los pedos más altos que los demás. Pero de momento… ¡oye! disfrutémosles.

9 nov 2009

Lykke Li me encanta


Lykke Li me encanta, me encanta, me encanta. Mirar esos movimientos cursis, esos aires de soy una nena cool, esos deliciosos saltitos, ese baile del polluelo, esa voz dulce y aniñada… ah! Me encanta.

En el 2008 sacó disco debut, Youth Novels, el cual no merece que salgáis corriendo ahora mismo a la tienda a comprároslo si en su momento no salisteis corriendo a comprar el disco de Peter, Bjorn and John. Lo mejor de esta sueca es la imagen y por lo que cuentan (que yo no he tenido el placer) su directo. Un ejemplo es esta versión acústica de su sencillo I’m Good, I’m Gone, poco que ver con la base azucarada y electrónica del tema incluido en el álbum.(I'm Good, I'm Gone single).

Por ahora navega a medio camino entre el indie facilón y el twee pop, pero esta sueca promete mucho más y seguramente lo dará.